Esta encantadora finca rústica, con una extensión de más de 74 hectáreas, se ubica en un entorno tranquilo y natural al que se accede por un pintoresco camino compartido con pocas propiedades. El acceso a la finca revela un paisaje sereno y agradable.
La construcción principal actualmente está dividida en dos viviendas, juntamente con un antiguo horno y un garaje. En la planta baja se encuentra un porche que invita a disfrutar del entorno, una sala de estar con vigas vistas, cocina, comedor, tres habitaciones dobles y dos baños, proporcionando comodidad y espacio para la vida cotidiana.
La primera planta de la vivienda se accede a través de una escalera exterior y brinda vistas despejadas de la montaña del Toro, el campo y la era. Con techos altos, esta área cuenta con una sala de estar, una pequeña cocina antigua, tres habitaciones, alcobas y porches con altura, creando un ambiente encantador y lleno de luz.
En otra parte de la finca se encuentran las construcciones agrícolas, como una antigua boyera rodeada de bosque, que añade un toque pintoresco y rústico al conjunto. Este paraje tan bonito ofrece la combinación perfecta de comodidad en la vivienda principal y la conexión con la naturaleza a través de las construcciones agrícolas y el entorno natural que rodea la propiedad.
Dispone de licencia turística.