Esta preciosa finca se asienta sobre un terreno de más de 10 hectáreas (103.038 m²), distribuidas en cuatro parcelas independientes, una de las cuales alberga el conjunto principal de edificaciones, y mide 25.944m2.
El corazón de la propiedad lo ocupa una vivienda tradicional compuesta por dos edificaciones unidas mediante un porche, ambas con planta baja y planta primera y accesos independientes, lo que ofrece gran versatilidad de uso.
La primera construcción, situada junto al camino de acceso, cuenta con varias estancias en la planta baja y un acogedor apartamento en la planta superior. El segundo edificio dispone de dos viviendas completas, una en planta baja y otra en planta primera, ideal para alojar a familiares e invitados.
Además, la finca incluye varias construcciones auxiliares actualmente utilizadas como almacén o dependencias agrícolas, que ofrecen interesantes opciones.
La propiedad dispone de suministro eléctrico y agua procedente de varios pozos propios, que aparte de suministrar a las viviendas están conectados con el riego de toda la finca. Las edificaciones fueron reformadas en su momento, y recientemente se han llevado a cabo trabajos de consolidación estructural en las boyeras, garantizando su buen estado.
Un entorno natural, tranquilidad absoluta y el encanto del campo menorquín hacen de esta finca una oportunidad única para quienes buscan autenticidad, oxígeno y espacio.