En el corazón de la costa norte de Menorca, se encuentra una de las propiedades más extraordinarias de la isla: una finca rústica de 178 hectáreas que se extiende desde suaves colinas hasta el mar Mediterráneo, en un entorno natural de belleza salvaje y protegida. Esta joya inmobiliaria ofrece un equilibrio perfecto entre aislamiento y accesibilidad, gracias a su ubicación privilegiada con acceso desde el Camino de Tramuntana y su cercanía a pueblos emblemáticos como Es Mercadal. Con vistas infinitas sobre el campo menorquín y el azul intenso del mar, esta finca garantiza privacidad absoluta y una conexión íntima con la naturaleza.
La propiedad alberga una casa principal con arquitectura tradicional menorquina que conserva la esencia de la isla. A esto se suman más de 2.900 m² de edificaciones agrícolas, ideales para desarrollar proyectos sostenibles y/o actividades ganaderas.
Uno de sus mayores privilegios es el acceso privado al mar: un sendero nos conduce a través del terreno directamente a una cala virgen.
Esta finca representa una oportunidad única para aquellos que buscan vivir en un estilo de vida exclusivo, rodeado de paz, autenticidad y belleza natural: una de las grandes fincas de Menorca que aún conservan alma, historia y futuro.