Esta encantadora finca rústica, situada en un entorno idílico, abarca más de 116 hectáreas de pura belleza natural. Con una casa principal de 279 metros cuadrados, la propiedad se erige como un refugio impresionante con vistas panorámicas que se extienden majestuosamente sobre el azul sereno del mar.
Además de la residencia principal, la finca alberga diversas construcciones destinadas a uso agrícola, abarcando aproximadamente 482 metros cuadrados. Estas estructuras, que complementan la estética rústica de la propiedad, ofrecen oportunidades para diversas actividades agrícolas y contribuyen al encanto general de la finca.
Desde la comodidad de la casa principal, se pueden apreciar no solo las imponentes vistas al mar, sino también la conveniencia de varios caminos rurales que proporcionan acceso directo a dos de las mejores playas vírgenes en el sur de la isla de Menorca. Esta característica no solo realza la conexión con la naturaleza, sino que también brinda acceso exclusivo a espacios costeros, permitiendo experiencias únicas en un entorno tranquilo.
Es una oportunidad única para aquellos que buscan un refugio excepcional que combine la privacidad, la naturaleza y la comodidad en un enclave único en la hermosa isla de Menorca.